tendencias de la vida digital y reflexiones personales de Jaime Estévez
En el contexto marcado por la importancia creciente que la
Responsabilidad Social Corporativa adquiere entre las empresas en España y en el resto de mundo la inclusión social de las personas a través del uso inteligente de las Tecnologías de la Información y la Comunicación se configura como uno de los grandes retos del presente y del futuro inmediato.
Este reto tiene aún mayor sentido, si cabe, en la medida en que la denominada 'brecha digital' constituye en el año 2008 la principal amenaza y riesgo de exclusión para importantes segmentos de la sociedad que, apenas una decada atrás, podían considerarse satisfactoriamente partícipes de los beneficios que como trabajadores, consumidores y ciudadanos, en suma, les correspondían en el desarrollo cotidiano de sus vidas.
Esta exigencia de inclusión digital puede y debe plantearse en torno a tres ejes principales de la acción social de la empresa:
1. Con los propios trabajadores: el estímulo a la formación tecnológica continua y las herramientas necesarias para gestionarla son la respuesta a la merma de productividad y oportunidades profesionales que los empleados más veteranos sufren a menudo en detrimento de las nuevas incorporaciones. Además, los cauces abiertos a la participación propios de la Web 2.0 son una oportunidad extraordinaria para que las grandes empresas propicien una mayor implicación e identificación de los empleados con la organización, al tiempo que favorece una mayor permeabilidad de los valores y visión corporativa con las aportaciones de toda la plantilla.
2. Con los usuarios, clientes y proveedores: la formación y familiarización de los colectivos más próximos a la empresa con las nuevas herramientas tecnológicas favorece una trato más directo con los mismos que redunda en unas relaciones comerciales más productivas y satisfactorias. La fidelización , la imagen de transparencia y la gestión productiva de sugerencias y reclamaciones son algunos de los beneficios generados por este eje de inclusión socio-digital
3. Con los colectivos desfavorecidos: incluso los aparentemente ajenos al mercado potencial de cada empresa: es en esta vertiente donde alcanza un mayor sentido la apuesta de cada corporación con la RSC, en la medida en que el analfabetismo digital se ha revelado como el principal obstáculo y el de más fácil superación en la integración efectiva de las personas en la sociedad del siglo XXI. La mayor rentabilidad de la inversión, en términos de recursos destinados y resultados obtenidos, así como la imagen de modernidad y comprensión de las nuevas exigencias sociales que obtiene la empresa que trabaja con decisión para superar la brecha digital convierte esta apuesta en una herramienta cargada de futuro.